Europa está envuelta en la mayor crisis existencial de las últimas décadas, una vez que empieza a tomar conciencia de que los socios no son lo que eran. Es decir, que Estados Unidos, y los adversarios, el caso de la Rusia de Vladímir Putin, puede entenderse. Además de la guerra comercial en ciernes, por decisiones del presidente Donald Trump, los europeos deben afrontar un cambio de prioridades en sus gastos para poner los de defensa y seguridad en un lugar preeminente. España, con una dedicación de su PIB muy baja en relación al resto de los países europeos, se ha dado de bruces con esta realidad en un tiempo de absoluto enfrentamiento entre los dos principales partidos, PP y PSOE.