A Montse la salvó su abuela. Esta mujer gallega de 35 años, que prefiere no decir su apellido por motivos de privacidad, fue seducida por un “maestro” que hizo que prácticamente abandonara su vida. Cuando sucedió este episodio de su vida, estaba “un poco perdida” y se apareció frente a ella este hombre que la embaucó haciéndole creer que era única ante sus ojos. “Era como si el maestro supiese todo de mí”, asegura. Entre todas estas tinieblas, un hilo de luz la seguía uniendo con la realidad: su abuela. Ella fue la que la arrastró fuera del embrujo y le hizo darse cuenta de que había caído en una secta.