En todas las negociaciones entre los socialistas y los independentistas catalanes de los últimos años, las distintas fuentes del corazón de la discusión consultadas siempre apelan a un problema de fondo: la confianza. Después de años de tensiones inéditas que acabaron en el procés, y con los ánimos en el independentismo, siempre a flor de piel, los partidos prosecesión siempre trasladan un problema de desconfianza entre los interlocutores. En el caso de la negociación de la investidura de Salvador Illa, ERC necesita no solo cerrar un acuerdo, sino que sus bases lo voten a favor, y para eso es imprescindible que logre una gran confianza en que el PSC y sobre todo el PSOE va a cumplir los compromisos que allí se alcancen, especialmente en el asunto más delicado, la reforma de la financiación autonómica. Es un asunto complejo que llevará meses o años ejecutar, y por eso la confianza es clave. En este contexto, Pedro Sánchez viaja este miércoles a Barcelona a reunirse con Pere Aragonès y aunque en la agenda no está hablar de la negociación, que lleva directamente Illa, fuentes de los dos sectores sí reconocen que el viaje en sí y la foto es un gesto claro de que Sánchez está implicado en cualquier acuerdo que se alcance y se compromete a cumplir todo lo que pacte Illa, que es una persona de absoluta confianza con la que habla casi a diario para que lo informe de los pasos que van dando.