Los sevillanos José Luis López y su suegro, Miguel Perujo, pasaron una madrugada subidos a un árbol y a un muro para sobrevivir, hasta que lograron cobijarse en un instituto. “Ahora puedo decir que he conocido el infierno”, cuentan. Estaban en Paiporta, a 720 kilómetros de casa, con motivo de una feria por la festividad de Halloween Leer