Justo un año después de terminar el juicio y cuando se cumple más de una década de la tragedia, la justicia ha dictado su primera sentencia sobre el accidente ferroviario del Alvia que el 24 de julio de 2013 acabó con la vida de 80 personas en Santiago y dejó 145 heridos. El maquinista Francisco Garzón Amo y el director de Seguridad en la Circulación de ADIF en el momento de puesta en marcha de la línea de alta velocidad, Andrés Cortabitarte, han sido condenados a dos años y medio de cárcel por 79 delitos de homicidio y 143 delitos de lesiones por imprudencia grave. El fallo, que acaba de ser comunicado por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, considera que las causas del descarrilamiento fueron, por un lado, la ausencia de medidas para mitigar el riesgo de dejar toda la seguridad en manos del conductor y, por otro, el despiste que sufrió Garzón y por el que no frenó a tiempo al tomar la curva de A Grandeira. La indemnización que deberán pagar a las víctimas en concepto de responsabilidad civil supera los 25 millones de euros.