Hace una semana que salió a exposición pública el borrador de anteproyecto de ley de ordenación y protección de la costa valenciana, un texto que hiere de muerte el plan de protección del litoral en vigor, el Pativel, aprobado en 2018 por el Consell del Botànic para preservar las últimas hectáreas de litoral sin urbanizar que escaparon a décadas de presión urbanística. El texto rebaja a 200 metros de la ribera del mar la instalación de hoteles en suelo no urbanizable y permite nuevos residenciales a partir de los 500 metros. También permite las actividades recreativas en suelos no urbanizables del litoral y abre la vía a la consolidación de los poblados marítimos ilegales en el dominio marítimo-terrestre, de competencia estatal. “Queremos desarrollar nuestra competencia autonómica para proteger la propiedad privada y las diferentes actividades comerciales, pero también defender y proteger nuestras playas”, justificó el presidente valenciano Carlos Mazón hace unos días tras entrevistarse con afectados por la ley de Costas en plena campaña electoral a las europeas.