La huida de Carles Puigdemont va a tener consecuencias. La vuelta a Catalunya y su fuga sin ser atrapado por los Mossos d’Esquadra a pesar de reaparecer públicamente, con mitin incluido, en Barcelona, no va a ser inocuo para la justicia aunque no para el expresidente. Fuentes jurídicas explican que un procesado nunca comete un delito cuando intenta huir pero sí lo pueden haber cometido quienes le ayudan a hacerlo.