Catástrofe es cuando se hunden las casas. Colapsan las comunicaciones. Mueren demasiados. Lo aprendemos y lo estamos masticando en Valencia. Sabemos ya que al ritmo de esos desastres concretos se desploma instantáneamente la confianza, huye la esperanza. Atención, no quedan en depósito, siquiera residual. Solo podemos intentar recuperarlas, pero será arduo, están a nivel cero.