El PP presume de haber teñido el mapa de España de azul al gobernar –a solas o en coalición con Vox o con Coalición Canaria– en doce comunidades y las dos ciudades autónomas, pero esa hegemonía territorial no se ha traducido en una propuesta concreta de un sistema de financiación que permita actualizar el vigente, pendiente de renovación desde hace diez años.