Aleksandr Shurshev tuvo muchas vidas en Rusia, hasta que se vio obligado a huir para mantener la suya. Fue concejal, militante político, experto en anticorrupción, declarado “agente extranjero” en su propio país y empleado de Alexéi Navalni, el principal opositor del presidente Vladímir Putin hasta su muerte en febrero del año pasado en una prisión de Siberia en circunstancias que apuntan a la mano negra del régimen. Hoy Shurshev es un inmigrante sin papeles en España.