Vox se inflige un severo daño a sí mismo: pierde presencia pública y plataformas de poder. Claro que su frivolidad no merece ningún funeral. Retirándose de los cinco Gobiernos autonómicos, en los que emponzoñaba como muleta del Partido Popular, beneficia a todos.Seguir leyendo
Fuente: España en EL PAÍS