La presidenta balear, Marga Prohens, deja caer la creación de la oficina de control lingüístico que debía poner en marcha el Parlament autonómico por exigencia de Vox. No se creará, a pesar de que los presupuestos de Baleares para este año incorporaron una partida de 750.000 euros para este fin. El Govern deberá decidir ahora a qué destina el dinero que debía servir para crear este organismo.