Un año después de que el PNV sintiese sobre sus centenarias siglas la presión de toda la derecha española para que hiciera posible la investidura de Alberto Núñez Feijóo, la distancia entre populares y jeltzales sigue siendo insalvable. Los últimos cruces de declaraciones entre Miguel Tellado, portavoz del PP en el Congreso, y Aitor Esteban, su homólogo peneuvista, han evidenciado el abismo que existe entre ambas formaciones, y los populares han terminado de asumir que no pueden contar con los nacionalistas vascos en su objetivo de descabalgar a Pedro Sánchez. Inmerso en un proceso de renovación que demanda un contexto de estabilidad, el PNV sólo se reubicará en caso de que la frágil arquitectura de la investidura termine resquebrajándose.