“El futuro dura mucho tiempo”. Tanto que es la excusa perfecta para todas las profecías que nunca acaban de cumplirse. Quizás por eso los españoles se muestran cautelosos sobre el porvenir frente a una pregunta imposible: ¿qué ocurrirá en el futuro? De hecho, parece más esclarecedor preguntarse qué desea y espera del mañana la sociedad española. Y aun así, la respuesta tampoco es sencilla porque los españoles expresan sentimientos e ideas contradictorias y plantean demandas incompatibles sobre temas tan medulares como la democracia o la fiscalidad.