Hasta que «la gente de Junts» no asuma la derrota, no serán otra cosa que la camarilla vocinglera de un fugado de la Justicia. El votante liberal-conservador catalán seguirá huérfano
Hasta que «la gente de Junts» no asuma la derrota, no serán otra cosa que la camarilla vocinglera de un fugado de la Justicia. El votante liberal-conservador catalán seguirá huérfano