El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, se enrocó en su relato para intentar combatir las duras críticas, ganar tiempo y, pese a asumir que hubo “fallos”, descargar gran parte de las responsabilidades en los organismos estatales; sobre todo, en la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) a la que acusó de provocar un “apagón informativo” y de dar una información “fragmentada e inexacta”.