El río Magro, que normalmente atraviesa Utiel con un hilillo de agua, se transformó este martes en un monstruoso torrente de lluvia y barro que arrasó lo que encontró a su paso. Hay neveras en las esquinas, sillas en los tejados y coches del revés tras el paso de la peor gota fría en lo que va de siglo. La corriente entró con fuerza en todas las casas de los márgenes del río en esta localidad valenciana (12.000 habitantes), inundando los hogares hasta el techo y ahogando a algunos de sus inquilinos. El alcalde, Ricardo Gabaldón, confirmó este miércoles la muerte de al menos seis vecinos, la mayoría, según una portavoz municipal, de entre 80 y 90 años. “Lo peor ha sido para las personas mayores, sin movilidad, que se quedaron atrapadas”, lamenta Carlos Hernández, mientras lucha con el barro espeso que se ha comido su casa. “Mi vecina”, dice señalando la casita de la esquina, “no pudo salir y la familia, que vive al otro lado del río, no pudo venir”.